Francisco explicó qué sentido tiene la “bendición” en la fe cristiana. Señaló que fue lo primero que hizo Dios tras crear el mundo: “Como nos narra el libro del Génesis, desde el inicio Dios bendijo la creación, afirmando que todo era bueno”.
Dijo que la bendición de Dios es importante para un cristiano porque es la señal de que “Dios siempre nos ama”. De hecho recordó su experiencia en las cárceles: “Es una experiencia intensa el poder leer esta bendición en una prisión o en un centro de desintoxicación. Las personas acogidas en estos lugares perciben que Dios las sigue bendiciendo y no las abandona aun cuando sus mismos parientes y amigos las consideren irrecuperables”.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA EN ESPAÑOL:
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy nos detenemos en una dimensión esencial de la oración: la bendición. Como nos narra el libro del Génesis, desde el inicio Dios bendijo la creación, afirmando que todo era bueno. Por más que el pecado empañó la huella de Dios en nosotros, nada podrá cancelarla. La bendición de Dios, su benevolencia hacia nosotros, es el motivo de nuestra esperanza. Dios siempre nos ama.
Cristo es la gran bendición de Dios para nosotros; con Él, con su Palabra eterna nos bendijo cuando todavía éramos pecadores. Dios, en su designio de amor y con infinita paciencia, espera hasta el último instante a que cada pecador abra su corazón a Él. Es una experiencia intensa el poder leer esta bendición en una prisión o en un centro de desintoxicación. Las personas acogidas en estos lugares perciben que Dios las sigue bendiciendo y no las abandona aun cuando sus mismos parientes y amigos las consideren irrecuperables.
La gracia de Dios obra en ellos y es capaz de transformalas. Ante la bendición de Dios, le correspondemos bendiciendo con la oración de alabanza, de adoración, de acción de gracias. A través de la oración respondemos con gratitud a los dones que Dios nos concede.
Dios no ha esperado que nos convirtiéramos para comenzar a amarnos, sino que nos ha amado primero, cuando todavía estábamos en el pecado. Caer en la cuenta del amor que Dios nos tiene llena nuestro corazón de paz y alegría.
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Los animo a responder al amor de Dios Padre, que nos ha amado en su Hijo Jesucristo, con la alegría de bendecirlo y de darle gracias, y a aprender de su bondad a no responder jamás al mal con el mal, sino a bendecir siempre, porque para esto fuimos llamados, para heredar una bendición. Que el Señor los bendiga.
Javier Romero