Más allá de lo breve de su pontificado, hay una característica de Albino Luciani que conquistó a la humanidad: Su sonrisa.
Tenía 65 años cuando fue electo Papa y fue el primero que no usó la tiara. Además, con sus didácticas y cercanas catequesis llenas de anécdotas, abrió nuevos caminos en la Iglesia.
JUAN PABLO I
'…Yo he respondido, ¿cómo será? Encuentro extraño que me pueda guiar quien no nos ve. Entonces la ciega me tomó de la mano y suspiró diciendo: '¡Camina!'. Era la fe'.
Quienes lo conocieron, desde antes de ser Patriarca de Venecia, sintieron su “olor a santidad”, por lo que su proceso de beatificación está en marcha.
Juan Pablo II lo declaró 'siervo de Dios'. En 2017 Francisco reconoció oficialmente que vivió las virtudes cristianas de un modo heroico yeste año estableció una fundación vaticana para estudiar su vida, sus mensaje y sus obras.
CARD. PIETRO PAROLIN
Presidente de la Fundación vaticana Juan Pablo I
“Y de veras hacer conocer, ya que esta es la finalidad y el objetivo de la fundación, la figura que pasó como un relámpago en el pontificado romano pero que dejó mucha huella que puede hacer un gran bien a la humanidad de hoy”.
La fundación la preside el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, que también proviene de la región de Véneto, como Papa Luciani.
Dice que una de las primeras tareas de la institución es ardua, pero ayudará a dar a conocer mejor la vida del último Papa italiano: Preparar la publicación de sus obras completas.
CARD. PIETRO PAROLIN
Presidente de la Fundación vaticana Juan Pablo I
“Es la parte que se dedica al estudio de los documentos y del pensamiento del Papa Juan Pablo. Hemos empezado bien. Esto es un buen auspicio para seguir adelante”.
Además de su sabiduría y creatividad para comunicar la fe, la vida de Juan Pablo I está marcada por el agradecimiento, al punto de juntar en su nombre el de sus dos predecesores, que marcaron su vida y dieron energía a su breve pontificado de 33 días.
Daniel Díaz Vizzi