Colores, dulces y flores. Así se vive el Día de los Difuntos en México, una tradición que también ha llegado a la Ciudad Eterna.
Esto es lo que en tierras aztecas se conoce como Altar de Muertos, una representación simbólica de las tradiciones prehispánicas y del sincretismo religioso. Este año, la comunidad mexicana en Roma lo ha dedicado a todas las personas que han fallecido a causa de la pandemia.
ADRIANA ROA
Comunidad mexicana en Roma
“Se lo merecen. Es un momento muy difícil para todos. Aunque vamos para adelante debemos pararnos unos minutos para darnos cuenta de que a pesar de que la vida va se ha parado para muchos otros. Y esta es la ofrenda que tenemos nosotras, como comunidad mexicana en Roma”.
Entre incienso, calaveras de azúcar, bambalinas y platos de la comida típica, cada uno de los niveles buscan rendir honores a los difuntos.
Dedicado a las victimas de la pandemia, este altar incluye la figura de los patronos de los médicos, San Cosme y Damián, una “catrina” vestida de enfermera y un retrato del Premio Nobel de Química 1995, el mexicano Mario Molina, quien falleció el pasado mes de octubre.
ADRIANA ROA
Comunidad mexicana en Roma
“Allí están las ofrendas para el difunto, tenemos el 'pan de muerto' y las cosas que normalmente esta persona querida por nosotros acostumbraba a tener en vida”.
Toda la estructura está coronada por una cruz decorada con flores de colores, como signo de esperanza. Su belleza ofrece un homenaje a los difuntos e ilumina el camino de la resurrección y del esperado reencuentro con los seres queridos.
Para los mexicanos representa todo un arte, una tradición en la que ponen todo su esfuerzo y dedicación. En 2008 fue reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Daniel Díaz Vizzi