La Interpol arrestó este martes en Milán a Cecilia Marogna, italiana contratada por la oficina de Becciu para mediar en supuestas operaciones de rescate de misioneros en África y Asia.
Será extraditada al Vaticano en las próximas horas. Se le acusa de “peculado por apropiación indebida”. Es otra pieza en la enmarañada historia de la dimisión del cardenal Angelo Becciu. La historia fue destapada por el programa televisivo italiano “Le Iene”, que recibió un soplo anónimo.
Cecilia Marogna se presenta como experta en relaciones diplomáticas y asegura que el cardenal Becciu le pidió ayuda para resolver cuestiones delicadas como el secuestro de misioneros en África y Asia. Su empresa es la Logsic Humanitarne Dejavnosti, DOO, de Lubliana, en Eslovenia. Pero la sede central es una oficina vacía.
Desde diciembre de 2018 a julio de 2019, la Secretaría de Estado Vaticana envió unos 500 mil euros a esta empresa en concepto de “Contribución voluntaria para misión humanitaria”. De los 500 mil euros, 200 mil fueron gastados en productos de lujo de marcas como Chanel, Prada o Valentino.
En 2015 Cecilia Marogna escribió un correo electrónico al cardenal para hablarle de problemas de seguridad de las nunciaturas y demás misiones del Vaticano. Ahí se conocieron. En 2017 el cardenal le entregó una carta de presentación en la que dice que la conoce y que es de su máxima confianza. El cardenal Angelo Becciu asegura a través de su abogado que “los contactos con Cecilia Marogna solo tienen que ver con cuestiones institucionales” y teme que hayan podido estafarle. El 24 de septiembre el Papa pidió a Angelo Becciu que dimitiera por su gestión de los fondos reservados de la Secretaría de Estado Vaticana.
Javier Martínez-Brocal