En apenas unos segundos, todo quedó reducido a escombros.
El 4 de agosto estas explosiones en el puerto de Beirut hicieron desaparecer prácticamente la mitad de la capital de El Líbano. Provocaron más de 170 muertos y cerca de 7.000 heridos, cientos de ellos mutilados gravemente. Más de 300.000 personas se quedaron sin hogar en cuestión de instantes.
Todo ello en un país azotado por el coronavirus, que arrastra una enorme crisis económica y que soporta la presión de más de un millón y medio de refugiados de Oriente Medio, sirios, iraquíes y palestinos. Además, las explosiones pulverizaron cientos de toneladas de grano que hubieran servido para alimentar al país.
La situación es insostenible y muchos libaneses quieren marcharse, entre ellos, muchos cristianos.
Horas después de producirse la tragedia, el Papa envió una primera ayuda de 250.000 euros.
Francisco piensa en el país de los Cedros y por ello ha convocado la Jornada de ayuno y oración por El Líbano al cumplirse un mes de las explosiones en el puerto. Lo anunció así durante la audiencia general.
FRANCISCO
“Deseo invitar a todos a vivir una jornada universal de oración y ayuno por El Líbano el próximo viernes, 4 de septiembre”.
P. GEORGES BREIDI
Sacerdote maronita
“Me emocioné mucho. Quise decir al Santo Padre aquello que llevo en el corazón: que mi pueblo no puede vivir más en un país así. No podemos vivir más así. Necesitamos la ayuda universal, de la Iglesia, sobre todo. Creo que hoy no he sido yo el representante de los libaneses, sino que lo ha sido la voz del Papa. La voz del Papa ha sido la voz de todo el pueblo libanés”.
“A día de hoy muchos cristianos han presentado ya su documentación para irse, para emigrar del Líbano. Es necesario decirlo”.
Es el padre Georges Breidi, el sacerdote que acompañaba a Francisco en esta petición. El Papa le pidió que estuviera a su lado sosteniendo la bandera del país de los cedros.
El sacerdote asegura que las palabras no llegan para expresar su gratitud por este gesto del Papa Francisco hacia el pueblo libanés.
P. GEORGES BREIDI
Sacerdote maronita
“Creo que lo que está haciendo el Santo Padre, -el líder de la Iglesia católica en el mundo…; sus sentimientos auténticos que nos llegan hasta El Líbano… No puedo hacer otra cosa que arrodillarme ante él'.
Después el padre Breidi se puso en pie y Francisco le invitó a hablar de la realidad de El Líbano. También a rezar en silencio junto a él por un país cuya estabilidad es fundamental para aportar algo de paz en un ya muy convulso Oriente Medio.
