Ante este ambiente de alegría, asomado desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa Francisco rezó el Ángelus junto a los peregrinos que poco a poco vuelven a verse por Roma.
Explicó que la vida de los cristianos es siempre una lucha contra el mal. Puso el ejemplo de Pedro, al que Jesús le promete ser el fundamento de la Iglesia, pero luego se deja tentar.
FRANCISCO
“¡Nos pasa a todos! En los momentos de devoción, de fervor, de buena voluntad, de cercanía al prójimo, miramos a Jesús y seguimos adelante; pero en los momentos en los que viene el encuentro con la cruz, huimos. El diablo, Satanás - como Jesús le dice a Pedro - nos tienta”.
Ante las actuales dificultades, Francisco animó a entender el “lenguaje de la cruz”, dice que Jesús considera un “escándalo” el huir de ella.
FRANCISCO
“Pensando en esto, hagamos que la cruz que cuelga en la pared de la casa, o aquella que llevamos sobre el pecho, sea un signo de nuestro deseo de unirnos a Jesús en el servicio con amor de nuestros hermanos, en especial de aquellos más frágiles e indefensos”.
Al terminar el Ángelus, el Papa llamó al diálogo y al respeto del estado de derecho ante las tensiones entre Grecia y Turquía por un tramo de mar en el que abundan reservas de hidrocarburos.
Lamentó el desastre ambiental ocurrido en la Isla Mauricio, provocado por un derrame petrolero que ha puesto en peligro el ecosistema.
Y recordó que desde el 1 de septiembre al 4 de octubre se celebra el “Jubileo de la Tierra”, que comenzará con el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación.
Daniel Díaz Vizzi