La última etapa de su gira histórica por Sudamérica en julio de 2015 fue Paraguay. El país recibió al Papa con lluvia... y con música.
Un coro entusiasmado de niños…que no le dejaban marcharse.
En el Palacio Presidencial, el entonces presidente Horacio Cartes le saludó en nombre de todo el país.
HORACIO CARTES
“La gente en primer lugar. La lucha contra la pobreza y la marginación. Procuramos servir a Dios sintiendo como nuestra la necesidad de servir al prójimo”.
Francisco elogió el valor de las mujeres paraguayas, que reconstruyeron esta tierra sin rencor, tras la guerra contra Brasil, Uruguay y Argentina, en la que fallecieron muchos de los hombres.
FRANCISCO
“Sobre sus hombros de madres, esposas y viudas, han llevado el peso más grande, han sabido sacar adelante a sus familias y a su país, infundiendo en las nuevas generaciones la esperanza en un mañana mejor”.
Uno de los momentos más tiernos fue su visita a este hospital infantil.
FRANCISCO
“La bendición para que se curen todos y también les voy a dar un rosario a cada uno”.
Estuvo también en el santuario de Caacupé, el más importante del país. Allí celebró una misa y rezó el Padrenuestro en guaraní.
El Papa conoció el barrio más pobre de la capital, Bañado Norte, donde le esperaban miles de personas.
Entró en algunas casas, saludó a los habitantes y explicó que una fe sin solidaridad es una fe muerta.
FRANCISCO
“Una fe que no se hace solidaridad, es una fe muerta o una fe mentirosa. “Yo soy muy católico, yo soy muy católica. Voy a Misa todos los domingos”. Pero dígame señor, señora, ¿qué pasa allá en los Bañados? “Ah no sé, sé que hay gente ahí, pero no sé”. Por más misa de los domingos, si no tenéis un corazón solidario, si no sabéis lo qué pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil, o es enferma, o está muerta. Es una fe sin Cristo. La fe sin solidaridad es una fe sin Cristo, una fe sin Dios, una fe sin hermanos”.
La misa más multitudinaria fue esta en el campo de Ñu Guazú, bajo un espectacular retablo elaborado con maíz y hortalizas.
FRANCISCO
“Hoy el Señor nos los dice muy claramente: en la lógica del Evangelio no se convence con los argumentos, con las estrategias, con las tácticas, sino aprendiendo a alojar, a hospedar”.
Reservó su último gran encuentro a los jóvenes. Estuvo con ellos al anochecer, a orillas del río Paraguay. Les pidió que vivan sin miedo y que no teman soñar.
FRANCISCO
“No queremos jóvenes debiluchos, jóvenes que están ahí no más, ni sí ni no. No queremos jóvenes que se cansen rápido y que vivan cansados, con cara de aburridos. Queremos jóvenes fuertes, jóvenes con esperanza y con fortaleza. ¿Por qué? Porque conocen a Jesús, porque conocen a Dios. Porque tienen un corazón libre”.
E igual que lo recibieron con música, también en el aeropuerto lo despidieron con cantos y bailes.
Así puso punto final a ocho días agotadores en los que estuvo acompañado por la calidez de millones de personas.
Javier Martínez-Brocal
