En estos tiempos de pandemia, para el Papa Francisco el rezo del Angelus es uno de los escasos momentos que tiene para estar en contacto directo y personal con los fieles, aunque sea desde la ventana de su estudio del Palacio Apostólico.
En sus palabras previas a la oración mariana, explicó el sentido profundo del milagro de la multiplicacion de los panes y los peces. Dijo que es un gesto que refleja cuánto le importan a Dios sus criaturas. Aseguró que esa debe ser la lógica que distinga a los cristianos.
FRANCISCO
“La lógica del hacerse cargo del otro. La lógica de no lavarse las manos, la lógica de no mirar a otro lado. La lógica del hacerse cargo del otro. El “que se las arreglen” no entra en el vocabulario cristiano”.
Tras el rezo del Ángelus el Papa demostró precisamente esto, que el cristiano no puede ser indiferente a lo que le suceda al otro. Y lo hizo poniendo el acento en dos situaciones. En primer lugar, lamentó la destrucción de la catedral de Managua, en Nicaragua, víctima de un acto vandálico. El país centroamericano lleva más de dos años inmerso en una grave crisis social.
FRANCISCO
“Queridos hermanos y hermanas, pienso en el pueblo de Nicaragua que sufre por el atentado a la Catedral de Managua, donde ha sido muy dañada - casi destruida - la imagen tan venerada de Cristo, que ha acompañado y sostenido durante siglos la vida del pueblo fiel. Queridos hermanos nicaragüenses, estoy cerca de vosotros y rezo por vosotros”.
Francisco, muy atento también a lo que está sucediendo durante la pandemia, insistió de nuevo en las consecuencias económicas de esta situación, especialmente, para las familias.
FRANCISCO
“Deseo que, con el compromiso convergente de todos los responsables políticos y económicos, se relance el trabajo: sin trabajo las familias y la sociedad no pueden ir adelante. Rezamos por esto, es y será un problema de la post-pandemia: la pobreza, la falta de trabajo. Y es necesaria mucha solidaridad y mucha creatividad para resolver este problema”.
Pese al intenso calor en Roma y a las medidas sanitarias, un domingo más cientos de personas quisieron acompañar al Papa en la plaza de San Pedro.
Ángeles Conde
