Nuevamente el Papa Francisco rezó el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, junto a los peregrinos en la Plaza de San Pedro, durante la celebración del Corpus Christi.
Desde allí, pidió a la comunidad internacional que busque maneras de poner fin a la violencia en Libia, donde la situación se ha agravado en las últimas semanas.
FRANCISCO
También rezo por los miles de migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos en Libia. La situación sanitaria ha agravado las condiciones ya precarias en que se encuentran, haciéndolos más vulnerables a las formas de explotación y violencia.
Libia es especialmente peligrosa para los refugiados. Algunos de ellos son esclavizados por traficantes de personas que los suelen someter a tratos crueles. El Papa dijo que todos tenemos responsabilidad en esto, nadie puede sentirse dispensado.
Como era la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, llamó la atención sobre el fruto místico y el fruto comunitario de la Eucaristía.
FRANCISCO
Este doble fruto de la Eucaristía: el Primero, la unión con Cristo y, el segundo, la comunión entre los que se alimentan de Él, genera y renueva continuamente la comunidad cristiana. La Iglesia hace la Eucaristía, pero es más fundamental que la Eucaristía hace a la Iglesia.
El Papa Francisco explicó que el misterio de la Eucaristía es recibir a Jesús para ser transformado desde adentro, para que haga de nosotros la unidad y no la división.