Después de dos meses cerrado el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes en Francia volvió a abrir sus puertas a los peregrinos.
La reapertura va acompañada de medidas de seguridad. Por ejemplo, el uso de mascarillas dentro de los espacios del santuario es obligatorio y una serie de marcas en el suelo ayudan a mantener la distancia entre los peregrinos.
De momento, las visitas se limitan a las personas que viven cerca del santuario. Los miembros de las comunidades religiosas de Lourdes guían a los grupos de no más de 10 peregrinos que quieran visitar la Gruta.
Allí dentro, sacerdotes continúan su oración ininterrumpida y los peregrinos pueden confesarse, un sacramento que durante el confinamiento estuvo fuera del alcance de muchos.
CT