En su Audiencia General desde la biblioteca del Palacio Apostólico, el Papa Francisco hizo un llamado especial para el mes de mayo, reconociendo los mensajes que recibió de trabajadores de todo el mundo.
FRANCISCO
Es verdad que la crisis actual nos afecta a todos pero la dignidad de las personas debe ser siempre respetada. Por eso, sumo mi voz al reclamo de estos trabajadores y de todos los trabajadores explotados. Espero que la crisis sea una oportunidad de poner en el centro de nuestras preocupaciones la dignidad de las personas y la dignidad del trabajo.
Inició un nuevo siglo de catequesis sobre la oración. Puso como ejemplo el testimonio del ciego Bartimeo, que no perdió la fe y continuó gritando para llamar la atención de Jesús.
FRANCISCO
Bartimeo es un hombre perseverante. Alrededor de él había gente que decía que implorar era inútil, que era un grito sin respuesta, que era ruido que molestaba y basta: pero él no se quedó en silencio. Y al final consiguió lo que quería.
El Papa llamó a imitar la perseverante oración de Bartimeo. Explicó que la oración es la base de la fe.
FRANCISCO
La fe es la protesta contra una condición dolorosa de la cual no entendemos la razón; la no fe es limitarse a sufrir una situación a la cual nos hemos adaptado. La fe es la esperanza de ser salvado; la no fe es acostumbrarse al mal que nos oprime.
Para subrayar la importancia de la oración, el Papa recomendó encomendarse a la intercesión de la Virgen María, especialmente durante el mes de mayo, que está consagrado a ella.