Francisco volvió a presidir la audiencia general en streaming desde la Biblioteca del Palacio Apostólico. Reflexionó sobre otra bienaventuranza, la que alaba a los puros de corazón, porque podrán ver a Dios.
FRANCISCO
Para ver a Dios no hay que cambiar de gafas o de punto de vista o cambiar de autores teológicos que me enseñen el camino. Es necesario liberar el corazón de sus propios engaños. Este es el único camino.
El Papa explicó que se llega a la madurez espiritual cuando se reconoce que el peor enemigo está dentro del corazón.
FRANCISCO
La batalla más noble es la que presentamos contra los engaños interiores que generan nuestros pecados. Porque los pecados cambian la visión interior. Cambian el modo de evaluar las cosas. Te hacen ver cosas que no son verdaderas o que al menos no son así de reales.
Al terminar la catequesis el papa envió un especial saludo a un grupo de jóvenes de Milán que cancelaron su peregrinación a Roma a causa de la pandemia.
Claudia Torres
Traducción: Javier Romero