En su homilía en la misa de hoy en Casa Santa Marta, el Papa ha alertado de la actitud de indignación.
Ha recordado que muchos que escuchaban a Jesús se indignaban, porque era solo el hijo del carpintero; igual que un personaje llamada Naamán, que se enfadó cuando el profeta Eliseo le aconsejó que se bañara en el Jordán para curarse de la lepra.
FRANCISCO
“Tanto la gente de la sinagoga de Nazaret como Naamán, pensaban que Dios se manifestaba sólo en lo extraordinario, en las cosas fuera de lo ordinario; que Dios no podía actuar en las cosas ordinarias de la vida, en la sencillez”.
Francisco aseguró que la indignación siempre lleva a la violencia. Ya sea a la violencia física o a la violencia de hablar mal de las demás personas.