Francisco llegó en papamóvil hasta la basílica de San Nicolás de Bari, donde se custodian los restos de este santo venerado por católicos y ortodoxos.
Dentro le esperaban 58 obispos de ciudades del Mediterráneo.
Explicaron al Papa que durante 5 días habían intercambiado impresiones sobre problemas de esta región como la crisis migratoria, la desigualdad y la falta de libertad religiosa.
MONS. PIERBATTISTA PIZZABALLA
Patriarcado Latino de Jerusalén
“Desde hace siglos, el Mediterráneo es el centro de intercambios culturales, comerciales y religiosos de todo tipo; pero por desgracia, también ha sido escenario de guerras, conflictos y divisiones políticas e incluso religiosas. Hoy, en lugar de disminuir, parece que todo esto aumenta. Basta pensar en lo que ocurre en Libia o en Oriente Medio”.
FRANCISCO
“Hoy, la zona del Mediterráneo está amenazada por muchos focos de inestabilidad y guerra, tanto en Oriente Medio como en varios Estados del norte de África, así como entre grupos étnicos o religiosos y confesionales. No podemos olvidar el conflicto aún no resuelto entre israelíes y palestinos, con el peligro de soluciones desiguales y, por lo tanto, presagios de nuevas crisis”.
El Papa dijo también que las injusticias, las guerras y el cambio climático aumentan la necesidad de emigrar; y que esta crisis no se resuelve con medidas militares, sino sembrando igualdad de oportunidades.
FRANCISCO
“Se está abriendo camino una sensación de miedo que lleva a alzar defensas frente a lo que instrumentalmente se presenta como una invasión. La retórica del conflicto de civilizaciones sólo sirve para justificar la violencia y para alimentar el odio”.
“Me asusto cuando escucho discursos de algunos líderes de las nuevas formas de populismo. Me recuerda a discursos que sembraban miedo y luego odio en la década de 1930”.
El Papa pidió a los obispos que ayuden a todas las personas y no sólo a los gobiernos, a apostar por el diálogo entre culturas, por la acogida digna y por la integración, para construir una sociedad más justa.
FRANCISCO
“Esta es la obra que el Señor os confía para esta querida zona del Mediterráneo: reconstruir los lazos que se han roto, levantar las ciudades destruidas por la violencia, hacer florecer un jardín donde hoy hay terrenos secos, infundir esperanza a los que la han perdido y exhortar a los que están encerrados en sí mismos a no temer a su hermano”.
Tras el encuentro, el Papa quiso saludar uno a uno a los 58 obispos que participaron en el encuentro...
Luego, rezó ante las reliquias de San Nicolás.
Y por supuesto, antes de marcharse también se acercó para dar la mano a quienes le esperaban en la puerta de la basílica, para darles las gracias.
JMB