Cientos de personas se concentraron en las calles de Bari para recibir al Papa Francisco. Iba de camino a la misa con la que concluyó el encuentro por la paz de obispos del Mediterráneo. Lo recibieron con esta gran ovación.
Aunque el encuentro estaba dirigido a obispos de varias ciudades del Mediterráneo, no solo participaron líderes religiosos.
También el presidente de Italia, Sergio Mattarella, estaba presente.
Mientras el Papa se dirigía al altar, se escuchó una canción que resumía el mensaje del encuentro: 'Cristo, príncipe de la paz'.
Durante su homilía, Francisco se centró en la importancia de amar no sólo a los amigos, sino también a los enemigos. Dijo que los cristianos están llamados a amar y perdonar sin excusas.
FRANCISCO
Del mandamiento de amar a todos no aceptamos excusas, no predicamos una cómoda prudencia. El Señor no fue prudente, no se limitó a comprometerse. Él nos ha pedido el extremismo de la caridad. Es el único extremismo permitido para un cristiano, el 'extremismo del amor'.
Dijo que la única manera de combatir una cultura de odio es dejar de quejarse de las personas y de las situaciones incomodas. Propuso en su lugar, centrarse en dar y perdonar.
FRANCISCO
Ésta es la revolución de Jesús, la más grande de la historia, pasar de odiar a un enemigo a amarlo, del culto de la queja a una cultura de dar. Si pertenecemos a Jesús ¡éste es nuestro camino! No hay otro.
Después de la misa, como es tradicional en los viajes de Francisco, regaló un cáliz al arzobispo de Bari, Francesco Cacucci, quien reafirmó el deseo de todos de trabajar por la paz.
Para finalizar el encuentro, el Papa rezó el Ángelus, pidiendo el fin de una mentalidad de odio y conflicto. Rezó en particular por los migrantes que cruzan el Mediterráneo para buscar la paz.
FRANCISCO
Desde nuestros corazones, como pastores, decimos con fuerza a los miembros de la comunidad internacional, que silencien el sonido de las armas y escuchen el llanto de los pequeños e indefensos.
Después de la ceremonia, el Papa regresó al Vaticano. Se trató de una breve pero muy significativa visita.
Claudia Torres
Traducción: Daniel Díaz Vizzi