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Desde hace casi 100 años el Dispensario Santa Marta mantiene sus puertas abiertas para atender a los niños más necesitados.
En este cálido ambiente, dentro del Vaticano, casi 50 especialistas, médicos y voluntarios brindan atención médica primaria a unos 300 niños, sirviendo de apoyo a alrededor de 280 familias.
Lo atienden las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
ANTONIETTA COLLACCHI
Directora Dispensario Santa Marta
“La mayor satisfacción es ver a los niños jugando aquí tan serenos, se sienten en casa. Y para ellos es como un segundo hogar, incluso para algunos el primero. Luego, ver a las madres salir felices de llevar a casa las cosas que necesitan para sus hijos en dificultad”.
Ofrecen gratuitamente servicios de medicina pediátrica, odontología, dermatología, ginecología, oftalmología, entre otras especialidades, gracias al apoyo de médicos voluntarios del Hospital Bambino Gesù, la Asociación San Pedro y San Pablo, instituciones privadas y voluntarios laicos.
STEFANO FICOLA
Médico
“En mi caso bajan del sillón del odontólogo, que no siempre es un lugar cómodo, y te regalan una sonrisa, un abrazo, un agradecimiento y eso para nosotros es todo. Estamos aquí por eso”.
Familias necesitadas, en su mayoría inmigrantes, incluso no católicas son atendidas en este pequeño dispensario ubicado al lado del lugar donde vive el Papa, Casa Santa Marta.
CESARE BRACCI
Voluntario
“Son casi siempre, o mejor dicho siempre, familias que necesitan apoyo, ayuda, no solo médica; también necesitan de una palabra, un consejo. Significa poder dar una mano a una persona concreta”.
El colombiano, Edgar Javier es otro de los colaboradores. Dice que su experiencia personal le ha ayudado a acercarse más a las personas que acuden al dispensario.
EDGAR JAVIER LIEVANO
Colaborador
“Tengo esta experiencia de reconocer en las personas que vienen acá, quizá estas mismas cosas que me faltaron a mí llegando de un país extranjero. Entonces digamos que es un poco solidarizarme con la experiencia de las personas que vienen acá”.
Desde su fundación en 1922 con Benedicto XV, esta iniciativa ha contado con el apoyo de todos los Papas. Y en los últimos años lo agradecen de una manera especial con una pequeña fiesta de cumpleaños para el Papa Francisco en el mes de diciembre.
Daniel Díaz Vizzi
