Durante la audiencia general el Papa bromeó con varios peregrinos. Se probó los solideos que le trajo la gente, también tomó un poco de mate y hasta se detuvo a hablar con calma con algunas personas.
En su catequesis, anunció que concluiría su ciclo sobre los Hechos de los Apóstoles, el libro que relata los primeros pasos de la Iglesia primitiva. Reflexionó sobre la etapa romana de San Pablo, cuando el apóstol vivió prisionero aunque con cierta libertad.
FRANCISCO
Estaba bajo arresto. Bajo arresto domiciliario. Pablo no tiene la libertad de moverse pero es libre de hablar porque la Palabra no está encadenada.
De hecho, el Papa recordó que el apóstol aprovechó la oportunidad que se le dio de vivir en casa propia y no en prisión para recibir gente y predicar el Evangelio.
FRANCISCO
La casa romana del Apóstol, abierta a todos los que buscaban y querían recibir el anuncio y conocer a Jesús, es imagen de la Iglesia, que no obstante perseguida, incomprendida, pecadora y encadenada, no se cansa de acoger con corazón de madre a todo hombre y mujer.
El Papa también destacó un hecho relevante del libro de los Hechos de los Apóstoles. Recuerda que el protagonista no es San Pablo sino el Espíritu Santo.
FRANCISCO
Los Hechos de los Apóstoles no se cierran con el martirio de Pablo, sino con la siembra abundante de la Palabra de Dios.
Francisco no hizo mención alguna a la polémica del libro sobre el celibato del cardenal Robert Sarah
Javier Romero