Cuando en el año 2002 se aprobó la eutanasia en Bélgica, se aplicaba solo a pacientes terminales. Se usó en 24 casos. Poco a poco se permitió para pacientes incurables, incluso adolescentes. Por eso, en 2017 se aplicó a 2.309 personas.
Algo parecido ocurrió en Holanda, donde pasó de estar por debajo de 2.000 casos en 2007 a casi 6.600 en 2017.
Son datos dramáticos que aporta esta original campaña sobre el efecto dominó de la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido, pues termina presionando a los más vulnerables a morir. Se llama “Affirm Dignity - End Euthanasia ” y se pregunta si de verdad es digno morir así.
ANDREAS THONHAUSER
ADF International (Viena)
“El llamado “derecho a morir” se está convirtiendo en “deber de morir”. Así que, a cierta edad, o si tienes una enfermedad o un problema, (por ejemplo, en Bélgica la depresión puede ser motivo para solicitar la eutanasia), la gente siente la presión de solicitarla, como si fuera lo que la sociedad se espera de ella”.
Andreas Thonhauser, director de relaciones externas de ADF International, recuerda la historia del profesor belga Tom Mortier.
Un día le llamaron por teléfono y le pidieron que fuera al hospital para recoger las pertenencias de su madre. Él no sabía que le habían aplicado la eutanasia. Ella tenía depresión, y el médico lo consideró un motivo suficiente sin consultar a sus familiares.
ANDREAS THONHAUSER
ADF International (Viena)
“ Hay mucha presión sobre los médicos, enfermeras y personal sanitario que no quieren ayudar a la eutanasia o al suicidio asistido. Pero cada vez se ven más obligados a hacerlo. Y su derecho a hacer objeción de conciencia está siendo socavado por tales leyes”.
En la web, a través de vídeos y mapas, muestran que a pesar de la primera impresión, la eutanasia y el suicidio asistido son legales en muy pocos países.
Como el doctor debe curar o prevenir la enfermedad, pero no acabar con el paciente, proponen apostar por los cuidados paliativos. Explican que entre un 80 y 90% de las solicitudes de eutanasia desaparecen cuando se ofrecen.
ANDREAS THONHAUSER
ADF International (Viena)
“ El dolor ya no es necesario en la enfermedad. Podemos cuidar a las personas, aliviar el dolor. Lo que a veces falta es la cercanía humana, y como sociedad tenemos que aportarla: mostrar a la gente que tiene dignidad y que su vida tiene valor para nosotros”.
ADF International son las siglas de la “Alianza en Defensa de la Libertad ”. Esta ONG de EE.UU. defiende la libertad religiosa, la vida, el matrimonio y la familia.
Su campaña sobre la eutanasia juega con la palabra “Dignidad”. Pues lo más digno es ayudar a vivir a personas en cualquier situación, en lugar de dedicar los recursos a facilitar la muerte.
Javier Martínez-Brocal