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Si estos muros hablaran no solo relatarían la tortuosa historia de cómo fueron decorados, sino también la historia de cómo se gestan los pontificados.
La Capilla Sixtina recibe su nombre por el Papa Sixto IV, quien la mandó construir en 1477. Más tarde, su sobrino, Giuliano di Medici, el Papa Julio II, pediría a Miguel Ángel que decorara la bóveda.
El resultado es este... uno de los mayores tesoros de la Humanidad. Pero esta belleza no es solo obra de Buonarroti.
GUIDO CORNINI
Experto en arte
“Entre otros, Perugino, Boticelli, Signorelli, Ghirnaldaglio, Cosimo Roselli, todos nombres muy importantes de la Historia del Arte italiana”.
Miguel Ángel fue el artífice principal de estos frescos aunque, curiosamente, él no se consideraba un gran pintor, sino que quería ser reconocido por su pericia con el mármol. Ya era muy famoso en Florencia cuando fue llamado a Roma. Julio II lo quería para esculpir su tumba de la que forma parte el famoso Moisés. Sin embargo, este proyecto se frustró y Miguel Ángel recibió otro encargo.
GUIDO CORNINI
Experto en arte
“Una de las cosas que lo hizo más reticente a dar un sí a este encargo del Papa Julio II era tener que aceptar el desafío de pintar un fresco en una superficie tan grande, porque él era primero escultor, no pintor”.
Resultó complicado pintar la Creación. Esta superficie cóncava de 1.200 metros cuadrados, requirió mucho esfuerzo para lograr que, desde el suelo, pareciese una superficie plana.
GUIDO CORNINI
Experto en arte
“Curiosamente, Miguel Ángel no siguió un proceso narrativo para pintar la bóveda sino que empezó por el último episodio. Después rertrocede en el tiempo. El último episodio que pinta entonces fue el de la separación de la Luz de las Tinieblas, antes incluso de que Dios creara el Universo”.
El artista se enfrentó a otro problema más, al tratarse de frescos debía pintar la imagen antes de que se secara porque sino después no podría modificarlo. Por eso, tuvo que arrancar varias veces los frescos y comenzarlos de nuevo.
Después de terminar la Creación, se marchó de Roma y fue llamado 30 años más tarde para pintar el Juicio Universal.
GUIDO CORNINI
Experto en arte
“Fue llamado mucho más tarde por otro Papa para pintar el Juicio Universal, tenía ya 60 años y un largo recorrido a su espalda”.
El Papa Julio II deseaba que el mundo entero viera lo antes posible la gran obra que había encargado a Miguel Ángel. Por eso, los últimos momentos fueron un auténtico tormento.
GUIDO CORNINI
Experto en arte
“Se hablaba de una relación tensa entre el pontífice y el artista... Es cierto que algunos testimonios literarios y biográficos de la época dicen que Julio II estaba muy impaciente porque quería mostrar la bóveda a toda Roma, que estaba esperando para verla”.
Los problemas no terminaron ahí. Al ser una obra pintada en plena Reforma Luterana, muchos vieron algunos elementos que no encajaban con el catolicismo. Fue hasta considerada 'vulgar' por mostrar los cuerpos desnudos
GUIDO CORNINI
Experto en arte
“Esta desnudez de Miguel Ángel sin embargo tiene otro significado, de hecho tiene un significado teológico. Como se trata del último día, representa a un hombre desnudo, como cuando llegó al mundo en la Creación de Adán y Eva plasmados con el famoso encuentro de las manos. Es por tanto una humanidad fuera de la dimensión del pecado, una humanidad representada por lo que es delante de Dios”.
Pero no todo el mundo supo verlo así. Pío IV propuso la llamada “campaña de la hoja parra” y encargó a Daniele da Volterra tapar cada una de las partes desnudas de la obra de Miguel Ángel.
GUIDO CORNINI
Experto en arte
“Al pintor que se encargó de cubrir todas estas partes lo llamaban el 'muttandino' o 'braghettone', porque ponía las bragas. El pueblo de Roma no se paró a pensar en el significado de esta censura y solo veían a un hombre que se encargaba de cubrir las partes desnudas. Por eso pusieron al pintor este apodo”.
Con todas las dificultades y obstáculos a los que se enfrentó tanto técnicos como por parte de quienes debían aprobar su obra, Miguel Ángel logró dejar un testimonio de su talento para la eternidad en uno de los lugares más fascinantes del mundo.
Ana Quiles/Ángeles Conde
