El Papa cerró el 2019 con la oración del Te Deum en la basílica de San Pedro. Se trata de una oración con la que se da las gracias a Dios por el año que termina.
Durante su homilía, Francisco reflexionó sobre la importancia de personas y lugares aparentemente insignificantes en el plan de salvación de Dios.
FRANCISCO
“La decisión de Dios es clara. Para revelar su amor, escoge una ciudad pequeña y menospreciada y, cuando llega a Jerusalén, se une al pueblo de los pecadores y los descartados”.
“Cuando Dios quiere hacer nuevas todas las cosas a través de su Hijo, no empieza en el templo, sino en el vientre de una pequeña y pobre mujer de su pueblo”.
Como Obispo de Roma, el Papa también se dirigió al pueblo romano. Lo alentó a mantener la esperanza en medio de las dificultades que presenta la ciudad.
FRANCISCO
“Roma no es solo una ciudad complicada, con tantos problemas, con desigualdades, corrupción y tensiones sociales. Es una ciudad donde Dios envía su Palabra, que anida por medio del Espíritu en el corazón de sus habitantes y los impulsa a creer, a esperar pese a todo y a amar luchando por el bien de todos”.
Por último, Francisco invitó a buscar el encuentro con los demás y a escuchar el grito de los más necesitados.
FRANCISCO
“No debemos tener miedo o sentirnos incapacitados ante una misión tan importante. Recordémoslo: Dios no nos elige por nuestra 'brillantez', sino porque somos y nos sentimos pequeños”.
A continuación hubo unos minutos de oración ante el Santísimo Sacramento y después Francisco rezó unos instantes más ante esta figura de la Virgen.
Y como es tradicional, al concluir la ceremonia, el Papa salió a la plaza para visitar el pesebre.
Se detuvo a saludar a algunos peregrinos, como este bebé y su padre.
Aunque no todos tuvieron tanta delicadeza con el Papa. Esta mujer tiró de él bruscamente lo que provocó el enfado de Francisco.
Este incidente no impidió que el Papa siguiera saludando a más personas en la plaza apurando así las últimas horas del año 2019.
Claudia Torres
Traducido por Carlos Kestler/Ángeles Conde