Los iraquíes llevan meses protestando en las calles contra la corrupción, el sectarismo, la precariedad de los servicios básicos y la falta de oportunidades de futuro.
Precisamente por eso, son sobre todo los más jóvenes, hartos de promesas vacías, quienes han encabezado las manifestaciones que reclaman un gobierno que solucione los problemas del país tras la guerra contra el Estado Islámico.
JEANINE ANTOINETTE PLASSCHAERT
Representante de la ONU para Irak
“Cientos de miles de iraquíes, de todas las edades, han salido a las calles por amor a su tierra y a su identidad nacional. Lo único que están pidiendo es un país que pueda desarrollar todo su potencial por el bien de todos los iraquíes. Están pagando un precio descomunal por hacer que sus voces sean escuchadas”.
La situación se ha llevado hasta el Consejo de Seguridad de la ONU donde la responsable de la misión en Irak ha denunciado la violencia con la que se han reprimido las protestas pacíficas. Desde octubre se contabilizan más de 430 muertos.
Ciudadanos de todas las edades y confesiones se han sumado a las reivindicaciones. Muchos de ellos, cristianos apoyados por sus obispos. En noviembre, el patriarca caldeo visitó a los jóvenes congregados en la plaza Tahrir de Bagdad.
Durante esta sesión en la sede la ONU en Nueva York la Iglesia iraquí también alzó la voz.
MONS. BASHAR WARDA
Arzobispo de Erbil, Irak
“Es una reacción de rechazo a una Constitución sectaria, que ha dividido a Irak y ha impedido que se convierta en un país unido y funcional”. “Si hay un nuevo gobierno, será mucho más positivo de cara hacia un Irak genuinamente multirreligioso, con ciudadanía plena para todos. Así pondremos fin a esta enfermedad sectaria que tan violentamente nos ha herido”.
La situación, que no parece mejorar, preocupa hasta tal punto de que se teme que estalle una guerra civil que provocará de nuevo la diáspora de miles de iraquíes, sobre todo, los más jóvenes.
MONS. BASHAR WARDA
Arzobispo de Erbil, Irak
“En la crisis y el genocidio de 2014, unos cuatro millones de iraquíes, -musulmanes, yazidíes y cristianos-, huyeron al Kurdistán buscando refugio de las garras del ISIS, pero aún así estas personas se quedaron dentro del país. Si se diera otro conflicto, ahora sí veremos a mucha gente huir de Irak. Quizá estemos ante la última oportunidad para nuestro país”.
El cardenal Louis Raphael Sako ha pedido a las Iglesias cristianas que este año dediquen el dinero para árboles, luces y adornos a los orfanatos y a los hospitales. El Patriarca ha invitado a una Navidad más sobria en señal de respeto por las víctimas mortales y como gesto ante estos momentos de sufrimiento que, una vez más, afligen al país.
Ángeles Conde