Durante la misa en Casa Santa Marta, el Papa meditó sobre las palabras de Jesús: 'El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán'
FRANCISCO
'De todas las cosas que hemos reunido, que hemos ahorrado, legalmente buenas, no nos llevaremos nada... Pero sí, llevaremos el abrazo del Señor. Piensa en tu propia muerte: ¿cuándo moriré? En el calendario no está arreglado, pero el Señor lo sabe. Y rezar al Señor: 'Señor, prepara mi corazón para morir bien, morir en paz, morir con esperanza'.
Además, bromeó y dijo que: “¡No quisiera que este simple sermón sea un aviso de funeral!”... Explicó que “es la vida, es decirse el uno al otro: todos somos vulnerables y todos tenemos una puerta a la que el Señor llamará algún día'.
TEXTO DE LA HOMILÍA EN ESPAÑOL
Fuente: Vatican News
Durante la celebración de la misa en Casa Santa Marta, el Papa Francisco meditó sobre el Evangelio según san Lucas que repite las palabras de Jesús: 'El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán'.
Explicó que “todos somos vulnerables y en algún momento esta vulnerabilidad nos conduce a la muerte. Por esto, vamos al médico para ver cómo va mi vulnerabilidad física, otros van donde el psicólogo para curar alguna vulnerabilidad psíquica'.
Añadió que “el Señor nos dice que estemos preparados para el encuentro, la muerte es un encuentro: es Él quien viene a encontrarnos, es Él quien viene a tomarnos de la mano y llevarnos con él. ¡No quisiera que este simple sermón sea un aviso de funeral! Es simplemente el Evangelio, es simplemente la vida, simplemente decirse el uno al otro: todos somos vulnerables y todos tenemos una puerta a la que el Señor llamará algún día.”
Concluyó diciendo que “de todas las cosas que hemos reunido, que hemos ahorrado, legalmente buenas, no nos llevaremos nada ... Pero sí, llevaremos el abrazo del Señor. Piensa en tu propia muerte: ¿cuándo moriré? En el calendario no está arreglado, pero el Señor lo sabe. Y orar al Señor: 'Señor, prepara mi corazón para morir bien, morir en paz, morir con esperanza'. Esta es la palabra que siempre debe acompañar nuestra vida, la esperanza de vivir con el Señor aquí y luego vivir con el Señor en otra parte. Oremos los unos por los otros, por esto'.