Durante la catequesis semanal el Papa recordó su reciente viaje a Tailandia y Japón.
Con respecto a Tailandia dijo que allí quiso “rendir homenaje a la rica tradición espiritual y cultural del pueblo Thai, y animar el compromiso por la armonía entre los diferentes componentes de la nación”. También destacó encuentros interreligiosos como la visita al Patriarca Supremo de los budistas.
Sobre Japón recordó su condena de “las armas nucleares y la hipocresía de hablar de paz cuando se construye y se vende material bélico”. También quiso resaltar el ejemplo de los mártires, cristianos que conservaron “la fe en los momentos de persecución”.
RESUMEN CATEQUESIS EN ESPAÑOL:
Queridos hermanos:
Ayer regresé del viaje apostólico en Tailandia y Japón. Un don que agradezco al Señor, y a todos los que lo han hecho posible.
En Tailandia quise rendir homenaje a la rica tradición espiritual y cultural del pueblo Thai, y animar el compromiso por la armonía entre los diferentes componentes de la nación. Visité al Patriarca supremo de los budistas, siendo la religión budista parte integrante de la historia y de la vida de ese pueblo.
Además, participé en el encuentro ecuménico e interreligioso. Posteriormente visité el Hospital Saint Louis, y tuve un tiempo con sacerdotes, religiosos y obispos, como también con los jóvenes en la catedral.
Después fui a Japón: El lema de mi visita a aquel país fue: “Proteger todo tipo de vida”. Este mensaje es significativo en aquella tierra que lleva las heridas del bombardeo atómico y del triple desastre de 2011; pero es una nación que se ha hecho portavoz del derecho fundamental por la vida y la paz.
En Nagasaki y en Hiroshima condené nuevamente las armas nucleares y la hipocresía de hablar de paz cuando se construye y se vende material bélico. Pude además recordar en aquellos lugares la memoria de los mártires san Paolo Miki y los 25 compañeros, el beato Justo Takayama y tantos hombres y mujeres que han conservado la fe en los momentos de persecución. En Tokio tuve encuentros con los jóvenes, con la comunidad académica de la Universidad de “Sophia”, y terminé mi estadía con la visita al Emperador Naruhito y a las autoridades del país, ante los que pude manifestar mi deseo de promover una cultura de encuentro y diálogo, caracterizada por la amplitud de miradas y la sabiduría.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, venidos de España y Latinoamérica. A todos los invito a rezar por los dos países que he visitado, Tailandia y Japón, para que sigan progresando en sendas de paz y justicia, y a los católicos les conceda el don de la perseverancia, siguiendo el ejemplo de los santos mártires. Que Dios los bendiga.
Javier Romero