El Papa Francisco acaba de cumplir uno de sus sueños de juventud, visitar Japón.
En Nagasaki rindió homenaje a las víctimas de la bomba atómica en el monumento en el que están escritos todos sus nombres. Allí clamó por un mundo sin armas nucleares.
FRANCISCO
“Con el convencimiento de que un mundo sin armas nucleares es posible y necesario, pido a los líderes políticos que no se olviden de que las mismas no nos defienden de las amenazas a la seguridad nacional e internacional de nuestro tiempo”.
Presidió una misa junto a una escultura de la Virgen María quemada por la explosión nuclear. Recordó a las víctimas de todas las guerras.
FRANCISCO
“Nagasaki lleva en su alma una herida difícil de curar, signo del sufrimiento inexplicable de tantos inocentes; víctimas atropelladas por las guerras de ayer pero que siguen sufriendo hoy en esta tercera guerra mundial a pedazos. Alcemos nuestras voces aquí en una plegaria común por todos aquellos que hoy están sufriendo en su carne este pecado que clama al cielo”.
También recordó la historia de persecución de los cristianos en Japón en este lugar, la colina de los 26 mártires crucificados en el siglo XVI.
FRANCISCO
“Recemos por ellos y con ellos, y levantemos la voz para que la libertad religiosa sea garantizada para todos y en todos los rincones del planeta, y levantemos también la voz contra toda manipulación de las religiones”.
En Hiroshima visitó el lugar exacto de la explosión de la bomba atómica donde condenó la posesión de armamento nuclear.
FRANCISCO
“Con convicción, deseo reiterar que el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común. El uso de la energía atómica con fines de guerra es inmoral. Como asimismo es inmoral la posesión de las armas atómicas”.
Francisco también quiso ofrecer su consuelo a las víctimas de Fukushima. Escuchó los crudos testimonios de los sobrevivientes del terremoto, el tsunami y el accidente nuclear de 2011.
Además se reunió con el Emperador Naruhito y más tarde fue al Kantei para reunirse con el primer ministro nipón. El Papa propuso un proceso internacional para abolir la promoción y uso de armas nucleares.
FRANCISCO
“Estoy convencido de la necesidad de abordar la cuestión nuclear en el plano multilateral, promoviendo un proceso político e institucional capaz de crear un consenso y una acción internacional más amplia”.
Confió a la juventud la construcción de la paz. Les dijo que si de verdad quieren crecer deben dejar de vivir para ellos mismos y vivir para los demás.
FRANCISCO
“Se han inventado muchas cosas, pero gracias a Dios todavía no existen 'selfies' del alma. Para ser felices, necesitamos pedirle ayuda a los demás, que la foto la saque otro, es decir, salir de nosotros mismos e ir hacia los demás”.
Antes de partir de regreso a Roma, los alumnos y docentes de la Universidad Sofía de Tokyo le entregaron un regalo muy significativo. Una escultura de Kannon, la diosa budista de la misericordia. Por su parecido con la Virgen María, durante la persecución, los cristianos de Nagasaki la usaban para rezar sin ser descubiertos.
Daniel Díaz Vizzi