Los 26 mártires de Japón fueron asesinados el 5 de febrero de 1597. Para recordarlos, en la segunda mital del siglo XX el padre Arrupe promovió la construcción de este museo. Arrupe era el entonces Superior General de la Compañía de Jesús.
Aquí hay documentos originales de aquellos tiempos.
“Tenemos una carta de San Francisco Javier”.
El jesuita Renzo de Luca, quien fue enviado en misión a Japón por el mismo Jorge Mario Bergoglio en los 80, hizo de guía al pontífice.
“Allí está la carta de Julián Nakaúra”.
Julián Nakaúra fue un jesuita japonés asesinado en modo atroz junto a otros compañeros. No pertenece al grupo de los 26 mártires pero fue un cristiano de referencia en la época.
Quien sí estaba en ese grupo eran San Pablo Miki. Él y sus 25 compañeros fueron canonizados en 1862 por Pío IX.