Desde Casa Santa Marta, donde se encuentra, y a través de un portavoz, el obispo argentino Gustavo Zanchetta desmiente que haya una orden de captura internacional en su contra.
En este comunicado, Zanchetta, imputado por abusos sexuales, asegura que se trata de una “simple petición por parte de la fiscalía” de Salta. Esta alega “una supuesta rebeldía por no haber respondido a las llamadas telefónicas ni a los mails”. Pero el obispo dice que en su domicilio y en su correo electrónico no consta ninguna comunicación.
Zanchetta se muestra extrañado por el hecho de que la fiscalía hable de “rebeldía” cuando él “siempre ha colaborado con la justicia”.
En el comunicado indica que él es el primer interesado en “que quede esclarecida toda la verdad y puedan así verse limpiados su buen nombre y fama”. Por eso se muestra dispuesto a seguir ayudando al poder judicial y al ministerio fiscal.
En 2017, Gustavo Zanchetta, obispo de Orán, en Argentina, dimitió de su cargo alegando problemas de salud. A finales de ese año, Francisco lo nombró asesor del APSA, el organismo que administra el patrimonio de la Santa Sede.
Más adelante, en 2019 fue acusado de haber abusado sexualmente de algunos seminaristas, además de haber no gestionado correctamente los fondos de la diócesis de Orán.
Fue retirado de su cargo y el Papa autorizó la apertura de un proceso canónico contra él. En paralelo Zanchetta fue imputado por la justicia argentina. Después de haber viajado a su país para responder ante los jueces, en agosto estos autorizaron a Zanchetta a volver al Vaticano.
Ángeles Conde.
