El avión papal zarpó a las 7 de la tarde hora de Roma.
Y cuando el piloto lo permitió, antes de la cena, el Papa fue a saludar a los periodistas.
“¡Buenas noches a todos! Gracias por acompañarme en este viaje, y gracias por vuestro trabajo. A la gente le ayuda estar informada, y también conocer estas culturas que están tan lejos de Occidente. Gracias por vuestro esfuerzo”.
Luego, saludó uno a uno a los 70 reporteros, cámaras y fotógrafos papales.
Tuvo tiempo por ejemplo, para bendecir la foto de algún enfermo.
Una benedizione!
O para recibir una invitación a viajar a España.
“Pues mire lo que le han hecho familias de España para que recuerde (el viaje): San Ignacio de Loyola, que es este muñeco, recuerdo, 2021; y por supuesto, Santiago, el Jacobeo, la periferia de las periferias. Con una carta de parte de todas las familias. No es ninguna presión, es sólo con mucho cariño. Es con cariño”.
El viaje duró poco más de 11 horas. Y el Papa llegó con casi 30 minutos de adelanto.
El Papa aterrizó en Bangkok a las 12 en punto.
A pie de pista le esperaba un representante del rey, junto a los obispos y niños con trajes tradicionales. Pero en el aeropuerto había muchos católicos que le recibieron con entusiasmo. Así reaccionaron cuando el Papa salió del avión.
La primera persona a la que saludó fue su prima, Ana Rosa Sivori, que será su intérprete en Tailandia.
Luego el Papa Francisco saludó al representante del rey, que le regaló un collar de flores en nombre del país.
Desde que llegó, varias salvas militares celebraron su visita.
El Papa saludó muy sonriente al cardenal de Bangkok, Francis Xavier Kovithavanij, y a los obispos del país. Luego, también saludó a los niños que le estaban dando la bienvenida.
El Papa tiene previsto descansar hoy. Mañana comenzará su agenda oficial con una visita al Primer Ministro de Tailandia.
Javier Martínez-Brocal
Claudia Torres