Francisco mantuvo un encuentro con el presidente de Chipre, Nicos Anastasiades.
Durante las conversaciones en el Vaticano se trataron asuntos como la acogida a los refugiados, la libertad religiosa o la situación en el Mediterráneo Oriental, así como la necesidad de promover la paz.
También se habló de la cuestión interna del país y la reunificación. Francisco se mostró muy interesado por la situación de la isla a raíz de la ocupación turca de 1974.
A continuación el mandatario presentó al Papa a su esposa Andri. Como regalos entregó a Francisco estas vasijas de plata que se usan para contener agua de rosas. El Papa, por su parte, obsequió al presidente con un grabado y con los documentos más importantes de su pontificado.
Se despidieron muy cordialmente y Francisco deseó que la próxima vez que se vean sea en Chipre.
“Que el próximo encuentro sea en Chipre”.
Ángeles Conde