Francisco fue recibido con aplausos por los participantes del encuentro internacional de capellanes de cárceles. Se sintió en confianza y saludó de manera especial al cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.
Durante el encuentro, el Papa denunció que “la situación de las cárceles sigue siendo reflejo de nuestra realidad social y consecuencia de nuestro egoísmo e indiferencia”.
FRANCISCO
“Hoy, de manera especial, nuestras sociedades están llamadas a superar la estigmatización de quien ha cometido un error, pues en vez de ofrecer la ayuda y los recursos adecuados para vivir una vida digna, nos hemos habituado a desechar más que a considerar los esfuerzos que la persona realiza para corresponder al amor de Dios en su vida”.
Francisco pidió fomentar una cultura del encuentro e integración. Dijo que “muchas veces al salir de la prisión, la persona se encuentra a un mundo que le es ajeno, y que además no lo reconoce digno de confianza”.
FRANCISCO
“Al impedir a las personas recuperar el pleno ejercicio de su dignidad, éstas quedan nuevamente expuestas a los peligros que acompañan la falta de oportunidad de desarrollo, en medio de la violencia y la inseguridad”.
Antes de terminar, el Papa dejó una pregunta en el aire, dirigida a toda la sociedad: Si ya una persona ha cumplido la pena por el mal cometido, ¿por qué se pone sobre sus hombros un nuevo castigo social con el rechazo y la indiferencia?