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El cónclave es un momento de cambio, el momento donde se descubrirá quién será el nuevo sucesor de San Pedro y líder de la Iglesia Católica.
Imagínese vivir ese momento desde dentro de los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina, desde sus pasajes secretos, los que están cerrados al público. Esta fue la experiencia de Gianni Crea, el Maestro de Llaves de los Museos Vaticanos.
GIANNI CREA
Maestro de llaves de los Museos Vaticanos
Piense que durante el cónclave nosotros somos los vigilantes, los encargados de cerrar todas las puertas que van del museo a la Capilla Sixtina. La única llave que tenemos para acceder ahí dentro se custodia en la gendarmería para asegurar que se mantiene el secreto, el silencio más absoluto durante el nombramiento del Santo Padre. La llave se entrega a la gendarmería de tal modo que nadie pueda entrar en la Capilla Sixtina desde los Museos Vaticanos salvo los cardenales, que entran desde la Sala Regia.
Dentro de la Capilla Sixtina están los cardenales que tienen derecho a voto, los menores de 80 años. Se hacen dos votaciones. Una por la mañana y otra por la tarde hasta que salga un elegido por mayoría de 2/3.
Tras cada votación se realiza la famosa fumata blanca o negra que el Maestro de Llaves puede ver desde su puesto especial.
GIANNI CREA
Maestro de llaves de los Museos Vaticanos
Practicamente desde aquí puedes ver la Capilla Sixtina y la fumata, negra o blanca. La fumata blanca significa que se ha elegido a un Papa, en la última ocasión fue Francisco. Mis compañeros y yo salimos corriendo a la plaza de San Pedro para celebrar el nombramiento del nuevo pontífice.
Nadie puede predecir la duración de un cónclave. De hecho el más largo duró unos tres años y el más breve duró solo tres votaciones.
Dure mucho o poco, el caso es que la vista de la Capilla Sixtina desde los Museos Vaticanos ofrece un panorama espectacular. Tanto desde dentro, como cardenal, como desde fuera, como Maestro de llaves.
Melissa Butz/Javier Romero