Francisco conmemoró el día de difuntos en las catacumbas de Priscila, las más grandes de Roma. Se extienden por 13 kilómetros a lo largo del subsuelo de la periferia de la Ciudad Eterna.
Francisco celebró la misa con gran recogimiento. Se le vio con gesto grave y meditabundo. Francisco centró su homilía en los difuntos mártires de la Iglesia.
FRANCISCO
La celebración de la fiesta de todos los difuntos en una catacumba, para mí es la primera vez en la vida que entro en una catacumba, y es una sorpresa... Nos dice muchas cosas.
Francisco dijo que la persecución contra cristianos fue un período de la historia desagradable pero que por desgracia no ha sido superado aún hoy en nuestros días.
FRANCISCO
También hoy hay cristianos perseguidos. Más que en los primeros siglos. Hay muchas catacumbas en otros países donde incluso deben fingir que están celebrando una fiesta o un cumpleaños para celebrar la Eucaristía porque en ese lugar está prohibido hacerlo.
El Papa dijo que estar en las catacumbas le hizo reflexionar sobre tres ideas: identidad, esperanza y lugar.
“Identidad” porque las catacumbas ponen de manifiesto que un cristiano debe vivir con coherencia, en cualquier época.
“Esperanza” porque ayuda a soportar las dificultades porque se tiene la mirada en el Cielo.
“Lugar” se refiere al sitio donde un cristiano debe poner su corazón para perseverar hasta el final a pesar de las persecuciones.
FRANCISCO
¿Y yo dónde me siento más seguro? ¿En las manos de Dios o en otras cosas, con otras seguridades que “alquilamos” pero que al final caerán, que no tienen consistencia?
Puesto que el lugar era muy estrecho, fueron pocas las personas presentes. En años precedentes el Papa celebró en los cementerios municipales de la ciudad y en un cementerio de la II Guerra Mundial.
La música interpretada por este coro de religiosas acompañadas por un violonchelo dio solemnidad a la ceremonia
Javier Romero
