Con esta alergía el grupo de jóvenes de la parroquía San Andrés de Murcia cierra su peregrinación a Roma. Vienen con un objetivo: recargar las baterías para el nuevo curso escolar
PABLO CASTAÑÓN
“Coger fuerza de cara al curso. Hoy en día ser cristiano es cada vez más complicado, entonces una peregrinación de jóvenes ayuda mucho. Yo recuerdo mucho, ahora tengo 25 años, cuando tenía 16, 17 que yo a lo mejor era el único cristiano en clase. Siempre ayudaba mucho en este tipo de peregrinación en la que ves cada vez a más jóvenes como tu, que no estás solo y vuelves al curso con las pilas recargadas”.
Así se hicieron sentir tras la Audiencia General del Papa Francisco. Lo describen como una experiencia única.
PABLO CASTAÑÓN
“Al final la sola presencia del Papa te pone un poco los pelos de punta. Si es verdad que una cosa que a mi en particular me tocó es que había una chica, una niña pequeñita que tenía una enfermedad mental y la han dejado que se pudiera mover e incluso el Papa, cuando han ido por ella, ha dicho: dejadla, dejadla tranquila.
“Déjala tranquila, Dios habla a través de los niños. Deja, deja...”
Luego ya al final: Siempre que vean a alguien con sufrimiento rezad por esa persona”.
Tras 8 días viviendo su fe, de una forma más profunda, cerraron con broche de oro esta peregrinación anual en Roma.
Esperan que al regresar a Murcia puedan dar testimonio del mensaje del Papa e inspirar a más jóvenes a vivir su fe de una forma alegre.