Francisco recorrió con el papamóvil la plaza de San Pedro para ver de cerca al mayor número posible de peregrinos.
Luego, antes de concluir la audiencia general, pidió calma en Irak para resolver los problemas.
Desde principios de octubre, durante protestas contra la corrupción del gobierno, han sido asesinadas 250 personas. Piden también agua potable, atención sanitaria y acceso a la educación.
FRANCISCO
“Manifiesto mi pésame por las víctimas y la cercanía a sus familias y a los heridos. Invito a las autoridades a que escuchen el grito de la población, que pide una vida digna y tranquila. Llamo a los iraquíes a que, con la ayuda de la comunidad internacional, recorran la vía del diálogo y la reconciliación, y que busquen soluciones justas a los desafíos y problemas del país”.
En su catequesis semanal, el Papa recordó que el libro de los Hechos de los Apóstoles narra la llegada del cristianismo a Filipos, la primera ciudad de Europa.
La primera que se convirtió fue una mujer llamada Lidia. Luego, el carcelero que vigilaba a Pablo y Silas. Ambos abrieron la puerta de sus casas a los apóstoles.
FRANCISCO
“Pidamos al Espíritu Santo que nos dé un corazón abierto a Dios y acogedor con los demás, con una fe audaz capaz de romper las cadenas que nos oprimen a nosotros y a los demás”.
Mientras el Papa hablaba, empezó a llover en Roma. El Papa recortó un poco el discurso para acabar antes... Pocos minutos más tarde, salió el sol. La tormenta no arruinó la fiesta.
Javier Martínez-Brocal