Durante la penúltima jornada de sínodo, Francisco, en calidad de obispo de Roma, ha pedido perdón por la ofensa que supuso lanzar las figuras indígenas al río Tiber.
Además, el Papa ha aclarado que estas artesanías, que representaban a una mujer embarazada con su hijo en el viente, “fueron expuestas sin intención idolátrica”.
Se refería a lo que ocurrió el 21 de octubre. En la iglesia de Santa Maria in Transpontina, en la Via della Concilizione, se habían colocado frente a una de las capillas algunas figuras artesanales hechas por indígenas con los principales símbolos de sus culturas.
Algunas personas crearon polémica al considerar que esas figuras eran símbolos paganos que no podían estar en una iglesia católica. Por eso, unos desconocidos irrumpieron en el templo, robaron las figuras y las lanzaron, entre burlas, al río Tíber.