Después de 20 años al servicio de los Pontífices, el comandante de la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani, ha presentado su renuncia a Francisco.
Para comprender el por qué de esta decisión es necesario remontarse al 2 de octubre, cuando se filtró una de sus órdenes a la opinión pública. Se refería a la suspensión de 5 empleados del Vaticano en el marco de una investigación por un posible desvío de fondos para inversiones inmobiliarias. Este es el documento oficial que no debería haber salido de los muros vaticanos.
Como consecuencia de esta filtración el Papa solicitó una investigación por “la difusión ilícita de un documento interno de las fuerzas de seguridad de la Santa Sede”.
Tal y como explicó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, para Francisco, la gravedad de estos hechos “es comparable a un pecado mortal, pues daña la dignidad de las personas y el principio de presunción de inocencia”.
Domenico Giani no ha logrado identificar en estos días al gendarme o guardia suizo responsable de la filtración a la prensa y ha presentado su renuncia. El Vaticano, en este comunicado, le exonera de cualquier “responsabilidad personal en el desarrollo de los acontecimientos” e indica que “ha presentado su dimisión al Santo Padre por amor a la Iglesia y fidelidad al Sucesor de Pedro”. Mientras tanto, la investigación para esclarecer el origen de la filtración continúa.
Antes de abandonar su puesto, Domenico Giani se ha visto con Francisco. El Papa le ha dado las gracias por su labor y por la profesionalidad que ha aportado a la Gendarmería Vaticana.