Este río es fuente de vida. 1 de cada 3 lluvias que se producen en todo el planeta sale de la cuenca del Amazonas, un caudal del que además proviene 1 de cada 5 vasos de agua que se consumen al día en el mundo. Si la Amazonía supone un recurso imprescindible para todo el planeta, para los pueblos que habitan en ella es mucho más que naturaleza. Es una auténtica forma de vida que, por desgracia, lleva décadas amenzada.
Para frenar este deterioro medioambiental y sociocultural hay personas e instituciones que trabajan junto a las comunidades indígenas. Una de estas organizaciones es la REPAM, la Red Eclesial Panamazónica, y una de estas activistas indígenas es la colombiana Anitalia Pijachi.
Desde hace 20 años y, ahora desde la REPAM, defiende los derechos de los pueblos originarios de numerosos ataques.
ANITALIA PIJACHI
Líder indígena
“Llámese el genocidio cauchero, llámese el extractivismo de pieles, llámese la explotación maderera, fracking de petróleo, llámese las minerías legales o ilegales... Todo produce unos impactos no solo en el ambiente, sino en la cultura. Es también un impacto espiritual y un impacto territorial. Se trata de que no veamos el territorio como un objeto sino como un sujeto de derechos. De hecho en Colombia logramos que nuestra Amazonía sea reconocida como sujeto de derecho porque nosotros la vemos como un ser con vida”.
Ella no es católica pero ha unido sus fuerzas a las de la Iglesia para detener estos abusos de los que su propia familia fue víctima. De su pueblo, el Ocaima, solo quedan 100 personas. Casi desapareció durante el llamado genocidio cauchero, el exterminio de miles de indígenas a principios del siglo XX. Eran usados como mano de obra esclava para extraer caucho de los bosques amazónicos. Para sobrevivir, su familia tuvo que huir de su tierra de origen.
ANITALIA PIJACHI
Líder indígena
“Yo soy el resultado de esos procesos de violencia, de desplazamiento forzado de la época de la colonización, del genocidio cauchero”.
“Yo llevo esa carga de dolor, o esa carga de resistencia o resiliencia de mujer”.
Historias como la suya se repiten en muchos de los pueblos amazónicos, que se han sentido olvidados durante mucho tiempo. Por eso, la atención que conlleva la celebración del sínodo abre para ellos nuevas esperanzas.
ANITALIA PIJACHI
Líder indígena
“Nuestros mayores dicen:“por fin ha llegado el abuelo del blanco que piensa como nosotros, porque tiene un sentimiento como nosotros, porque tiene un espíritu conectado”.
“Ese abuelo del blanco es el Papa Francisco”.
Y para saber qué hay que escuchar la REPAM ha recopilado lo que las poblaciones amazónicas quieren que se oiga en Roma, para que desde Roma se las mire con otros ojos.
MAURICIO LÓPEZ
Secretario ejecutivo REPAM
“Una primera cosa es desfolclorizar. Hay toda una idea de los pueblos originarios como si hubieran permanecido sin cambio ninguno desde siglos atrás. Son comunidades vivas, activas, que tienen propuestas propias”.
“Hay una riqueza cuando se da una relación recíproca por eso estamos hablando mucho más de interculturalidad, de culturas diversas que se encuentran y en condiciones de respeto e igualdad pueden aportar todo lo bueno que tienen”.
Esta riqueza se conocerá durante el sínodo gracias al proceso de consultas liderado por la REPAM. En los encuentros, tanto formales como en las consultas en parroquias y aldeas, han participado casi 87.000 personas en los 9 países en los que se extiende la Amazonía.
