En su homilía en Casa Santa Marta, Francisco explicó que la fe no se puede condicionar. El Papa alertó de que los cristianos que se encierran en sus propias ideas tienen miedo a crecer y terminan en la ideología.
FRANCISCO
“Las dos figuras de la Iglesia de hoy: la Iglesia de aquellos ideólogos que están de cuclillas en sus propias ideologías, allí, y la Iglesia que muestra al Señor que se acerca a todas las realidades, que no tiene repugnancia: las cosas no le dan asco al Señor, nuestros pecados no le dan asco, Él se acerca como se acercaba a acariciar a los leprosos, a los enfermos”.
El Papa Francisco dijo que no debemos repudiar la misericordia de Dios y recordó que Dios “ha venido para salvar, no para condenar”.
TEXTO DE LA HOMILÍA EN ESPAÑOL
Fuente: Vatican News
El Papa Francisco reflexionó sobre el libro del Profeta Jonás, en el que se describe la relación conflictiva entre Dios y el mismo Jonás. Recordó que ante la conversión, Dios se arrepiente. La liturgia recuerda el diálogo de Jonás luego de quedar atrapado dentro de la ballena por 3 días como imagen de su propia Resurrección.
Francisco explicó que aunque Jonás se presenta como un testarudo con sus convicciones de fe, el Señor se presenta testarudo en su misericordia: “nunca nos abandona, llama a la puerta del corazón hasta el final, está allí. Jonás, obstinado porque él concebía la fe con condiciones; Jonás es el modelo de esos cristianos 'con la condición de que', cristianos con condiciones. “Soy cristiano, pero a condición de que las cosas se hagan así' – 'No, no, estos cambios no son cristianos' – 'Esto es herejía' – 'Esto no va…'. Cristianos que condicionan a Dios, que condicionan la fe y la acción de Dios.
El Papa Francisco explicó las dos figuras de la Iglesia de hoy: “la Iglesia de aquellos ideólogos que están de cuclillas en sus propias ideologías, allí, y la Iglesia que muestra al Señor que se acerca a todas las realidades, que no tiene repugnancia: las cosas no le dan asco al Señor, nuestros pecados no le dan asco, Él se acerca como se acercaba a acariciar a los leprosos, a los enfermos. Porque Él ha venido para sanar, Él ha venido para salvar, no para condenar.”