Con esta ceremonia quedó inaugurado el Mes Misionero Extraordinario. El Papa Francisco lanzó en 2017 esta convocatoria especial, un mes en el que todos los bautizados están llamados a anunciar el Evangelio, no solo aquellos que son misioneros en tierra de misión.
El encuentro comenzó con algunos testimonios, como el de esta joven de Mongolia que se convirtió al cristianismo gracias a los misioneros.
Un sacerdote y una religiosa también hablaron de las alegrías y las penas de la misión en sus lugares de origen, República Centroafricana y Papúa Nueva Guinea.
A continuación el Papa entró en la basílica y comenzó el rezo de vísperas. En su homilía Francisco recordó cuál es el sentido de este Mes Misionero Extraordinario.
FRANCISCO
“Este Mes Misionero Extraordinario quiere ser una sacudida que nos impulse a ser activos en el bien. No notarios de la fe y guardianes de la gracia, sino misioneros”.
El Papa explicó cómo ser misioneros. Dijo que cada bautizado ha de ser testigo, es decir, está llamado a testimoniar a Cristo con la propia vida.
FRANCISCO
“Testigo es la palabra clave, una palabra que tiene la misma raíz de significado que mártir. Y los mártires son los primeros testigos de la fe: no con palabras, sino con la vida. Saben que la fe no es propaganda o proselitismo, es don de vida”.
Por eso, Francisco animó a no quedarse con los brazos cruzados, a no tener miedo y, sobre todo, a no conformarse con “el siempre se hizo así”. Pidió de nuevo una Iglesia “en salida”.
FRANCISCO
“Vivir de omisiones es renegar de nuestra vocación: la omisión es contraria a la misión. Una Iglesia que no busca oasis protegidos para estar tranquila; sino que solo desea ser sal de la tierra y fermento para el mundo. Esta Iglesia sabe que esta es su fuerza, la misma de Jesús: no la relevancia social o institucional, sino el amor humilde y gratuito”.
La ceremonia concluyó con esta entrega de crucifijos. El Papa se los dio a esta familia que partirá en misión a Taiwán, a 5 religiosas y a 3 sacerdotes que irán a lugares como Sudán del Sur, Camboya o Kazajistán.
Ángeles Conde.