El cardenal John Henry Newman será canonizado el 13 de octubre en el Vaticano. La primera vez que vino a Roma lo hizo como anglicano, con una visión negativa de la Iglesia católica.
SOR MARY BIRGIT
Centro Internacional de Amigos de Newman
“La llegada de Newman fue de sentimientos encontrados, porque en aquel tiempo él estaba convencido de que el Papa era el Anticristo. Y, por supuesto, Roma un lugar de herejía. Digámoslo así”.
Al mismo tiempo, su interés por los primeros cristianos, que dieron su vida por la fe en estas calles, y la belleza de la ciudad, le animaron a conocer mejor el catolicismo.
SOR MARY BIRGIT
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“Por otra parte él estaba fascinado por la belleza de Roma, por las iglesias, por el arte que encontraba. Por ejemplo, le encantaban las fuentes de la Plaza de San Pedro. Pensaba que eran maravillosas y con encanto. Y sí, una vez declaró que Roma se mostraba cada día más maravillosa. A él le gustaba ver toda esta belleza”.
Su proceso de conversión a la Iglesia católica fue lento, pero firme. Y a Roma volvería para formarse como sacerdote, en el Colegio de Propaganda Fidei, en la Piazza di Spagna.
SOR MARY BIRGIT
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“Vino en 1846 para estudiar en el seminario. Así que fue una etapa importante en su vida, para su futuro. Fue en Roma donde sería ordenado como sacerdote católico, fue en Roma donde conoció el Oratorio de San Felipe Neri y decidió entrar en esa congregación. Y aquí recibió una tarea por parte del Papa. La tarea era la de fundar el Oratorio en Inglaterra. Esto fue fundamental en su vida”.
La última vez que John Henry Newman vino a Roma fue para ser nombrado cardenal. Un reconocimiento a su extraordinaria labor intelectual para dar a conocer el catolicismo en el mundo anglosajón.