Dominik lleva 37 años trabajando en el vicariato de San José del Amazonas, en Perú.
Con 24 años dejó su Polonia natal para cumplir con su sueño de ser misionera en las periferias del mundo. Ha trabajado en distintas parroquias y visita a las comunidades más aisladas del vicariato. Se trata de un territorio grande que es fronterizo y rural, donde las comunicaciones son difíciles, no hay carreteras y solo se puede llegar por río de un punto a otro. La misionera explica que esta circunstancia es sinónimo de abandono.
DOMINIK SZKATULA
Misionera laica
“Los gobiernos de turno del Perú consideran a estas poblaciones como mal necesario, como poblaciones de segunda categoría, abandonadas en un territorio que hay que explotar, para ellos son gente que no está preparada, que no es hábil”.
Dominik denuncia casos como el de los niños de una comunidad kichwa que llevan 6 años sin poder estudiar porque no pueden atravesar el río para llegar a la escuela. Es tan peligroso que podrían morir ahogados. La comunidad cuenta con una escuela cerca pero la autoridad educativa no envía allí profesores.
Pero si algo amenaza a estas poblaciones es la destrucción del ecosistema. Los vertidos de petróleo son frecuentes en la cuenca amazónica peruana, tanto, que ya hasta han dejado de ser noticia.
DOMINIK SZKATULA
Misionera laica
“Se han hecho estudios de contaminación, lo pudo hacer uno de nuestros misioneros, médico y sacerdote de Estados Unidos, jefe del hospital en Santa Clotilde, donde se ha descubierto cadmio y mercurio en toda la población con un nivel superior a lo permitido.
“La población no tiene ningún tipo de compensación por esta contaminación y esto habría que decirlo. Esto es una muerte lenta. Si antes mataban a los indígenas en forma de genocidio, hoy en día es lo mismo pero la muerte es lenta”.
La misionera asegura que pese a todo el sufrimiento por el que han pasado y siguen pasando sigue conmovida por la espiritualidad de estos pueblos.
DOMINIK SZKATULA
Misionera laica
“El mundo tiene que aprender de estas poblaciones. Porque el Papa Francisco dice: “escúchenlos”. Y escucharlos, ¿para qué? Para aprender de ellos, tienen algo que decir. Siempre se ha escuchado a otros, ahora hay que escucharlos a ellos, su alegría inmensa a pesar del sufrimiento... Eso es cristiano”.
Es lo que Dominik explicará en octubre en el sínodo en Roma. Quiere que el mundo conozca las alegrías y las penas de la vida de los habitantes del Amazonas.
Ángeles Conde