En Santa Marta, el Papa ha propuesto la virtud de la compasión. La ha definido como unas gafas del corazón para ver mejor lo que ocurre. Lo ha explicado recordando esta fotografía.
FRANCISCO
En una noche de invierno, frente a un restaurante de lujo, una señora que vive en la calle tiende la mano a otra señora que sale, bien cubierta, del restaurante. Y esta otra señora mira hacia otro lado. Eso es indiferencia. Id a ver esa fotografía: eso es indiferencia. Nuestra indiferencia. ¿Cuántas veces miramos hacia otro lado?
Si la compasión es el lenguaje de Dios, muchas veces el lenguaje humano es la indiferencia: ocuparse de las personas sólo hasta cierto límite.
Francisco ha pedido a los católicos que se pregunten si se han acostumbrado a mirar hacia otro lado, o si se dejan mover también por la compasión.