En Siria los cristianos se sienten más que nunca acompañados. Durante la fiesta de los Dolores de la Virgen María se llevó a cabo una iniciativa especial. En parroquias, como la Catedral de Nuestra Señora de la Paz en Homs se entregaron 6.000 rosarios bendecidos por Francisco junto a un Nuevo Testamento en Árabe y una cruz hecha con madera de olivo de Tierra Santa.
Los rosarios se entregaron a miembros de familias en las que algún miembro fue asesinado o secuestrado durante la guerra. En más de 480 parroquias de Siria se reunieron a rezar especialmente por ellos.
Esta mujer, por ejemplo, dice que vino a recoger uno de los rosarios para su sobrino, quien está luchando contra el trauma de haber sido secuestrado. Desde entonces no sale de casa más que para lo necesario.
Me gustaría tener un rosario para él, para que lo proteja, para que se sienta mejor y que salga de esta situación.
Ayuda a la Iglesia Necesitada calcula que más de 2.000 familias cristianas han perdido a un familiar o incluso más de uno en la guerra. Otras 800 viven bajo la angustia de tener a un ser querido secuestrado.
Por eso se lanzó la iniciativa “Consuela a mi Pueblo”.
THOMAS HEINE GELDERN
Presidente, Ayuda a la Iglesia Necesitada
Los cristianos de Siria tienen una gran necesidad de reconciliación y perdón. FLASH Por eso los líderes de las Iglesias locales, de todas las Iglesias cristianas, junto a Ayuda a la Iglesia Necesitada, hemos lanzado la iniciativa “Consuela a mi Pueblo”.
El objetivo de esta iniciativa, lanzada por el Papa Francisco el 15 de agosto en San Pedro, es promover gestos concretos de apoyo a los cristianos de Siria, sean católicos o no. De hecho en la celebración en la Catedral de Homs estaban presentes arzobispos católicos y ortodoxos. Esta es una de las iniciativas, pero no la única.
Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva trabajando en Siria desde el 2011. Ha desarrollado 850 proyectos en la región para los que ha destinado 38 millones de euros. Puede parecer mucho, pero desde la organización aseguran que aún queda un titánico trabajo por delante para reconstruir no solo el país, sino los corazones de sus habitantes.
Javier Romero Bedate