Este relicario contiene nueve fragmentos de huesos de San Pedro. Se conservaba en la capilla privada de los Papas, pero Francisco lo ha regalado al principal líder de la Iglesia ortodoxa para impulsar las relaciones ecuménicas.
El Papa lo explica en esta carta que envía al Patriarca Bartolomé. Como sabe que la Iglesia ortodoxa aprecia mucho las reliquias, aclara el origen de estos fragmentos.
Recuerda que en 1939, Pío XII autorizó escavar bajo la basílica de San Pedro para localizar la tumba original de Pedro.
Los arqueólogos la encontraron bajo el altar mayor. Pocos años más tarde, explica el Papa, identificaron también en esa zona un nicho con unos restos de huesos que “razonablemente pueden considerarse de Pedro”.
En ese nicho sigue habiendo otros fragmentos de reliquias de huesos de San Pedro. Laura Donato es una de las guías que muestra a diario ese lugar a los peregrinos.
LAURA DONATO
Guía arqueológica de la Tumba de San Pedro
“Las reliquias son importantes. Son pruebas históricas y reales de la fe. La fe tiene sus raíces en la historia. No estamos hablando de relatos mitológicos, sino de eventos históricos. Mostrar sus huesos y sus restos es una forma de demostrar que todo ocurrió de verdad”.
Como el Patriarca ortodoxo ya custodia las reliquias de San Andrés, hermano de Pedro, el Papa le dice que “el encuentro de las reliquias de los dos hermanos debe recordarnos que nuestras diferencias no pueden obstaculizar nuestro testimonio común y nuestra misión evangelizadora”.