El arzobispo de Maputo esperaba en la puerta de la catedral al Papa, que llegó con 15 minutos de antelación para su encuentro con sacerdotes, seminaristas y monjas del país.
Primero saludó a los más ancianos de entre los participantes.
Luego se detuvo unos minutos para rezar en silencio ante la Eucaristía.
El encuentro comenzó con una oración. Pero rezaron como se reza en Mozambique... Y al Papa le gustó.
Luego, un sacerdote, una monja y un catequista del país le contaron los desafíos que atraviesan en estos momentos.
“Santo Padre, la gran preocupación por nuestro bienestar personal, especialmente en lo que se refiere a los recursos económicos para nuestra subsistencia, nos lleva a menudo a tomar caminos tortuosos que, en lugar de facilitar nuestro ministerio, lo hacen cada vez más difícil e incluso causan muchas deserciones entre nosotros”.
'¿Qué podemos hacer para vivir nuestra consagración religiosa con más fidelidad y esperanza, en una sociedad demasiado materialista y alienante?”
'Los matrimonios mixtos, en particular entre católicos y musulmanes, que antes eran completamente incuestionables, se enfrentan hoy en día a muchas dificultades debido a un cierto extremismo religioso, que obliga siempre a la parte católica a convertirse a otra religión'.
El Papa, en un intenso discurso, les dio las gracias por haber entregado su vida a Dios y les invitó a renovar esa entrega.
FRANCISCO
“Renovar la vocación muchas veces pasa por revisar si nuestros cansancios y afanes tienen que ver con cierta 'mundanidad espiritual'”.
“Renovar la vocación pasa por elegir, decir sí y cansarnos por aquello que es fecundo a los ojos de Dios, que hace presente, encarna, a su Hijo Jesús”.
Francisco recordó que acompañar a las personas y cargar con sus preocupaciones, es cansado. Pero que vale la pena, y muestra la belleza de las personas que se entregan a Dios.
Antes de marcharse, el Papa rezó por las vocaciones y por la fidelidad de los sacerdotes, seminaristas y los religiosos y religiosas.
Luego, recorrió el pasillo central de la catedral y no pudo evitar el entusiasmo de los participantes.
En la puerta le esperaba un papamóvil y una multitud de peregrinos que también querían saludarle y verle de cerca.
Javier Martinez-Brocal