El primer encuentro del Papa en Mozambique ha sido en el palacio de Ponta Vermelha, residencia oficial del presidente.
Aquí fueron los saludos oficiales ante políticos, representantes de la sociedad civil y embajadores.
El presidente recordó que cuando Juan Pablo II les visitó en 1988, Mozambique estaba en guerra civil. Y que la Iglesia católica ayudó a encontrar la paz.
FILIPE JACINTO NYUSI
Presidente de Mozambique
Vivíamos entonces en una guerra entre hermanos que se cobró la vida de millones de conciudadanos, mutiló a tantos otros, separó y desplazó a familias, destruyendo el tejido social y económico de nuestra joven nación. La Comunidad de Sant'Egidio se ofreció a acoger en Roma las negociaciones que culminaron con la firma del Acuerdo General de Paz en 1992.
A continuación, el Papa primero envió un saludo a las víctimas de los ciclones Idai y Kenneth, que en marzo y abril destruyeron el centro y el norte del país.
Luego, como hace un mes firmaron el acuerdo definitivo para el cese total de hostilidades militares, elogió los esfuerzos para cultivar la paz y les dijo que la reconciliación es el mejor camino para afrontar las dificultades.
FRANCISCO
Vosotros conocéis el sufrimiento, el luto y el desconsuelo, pero no habéis dejado que el criterio regulador de las relaciones humanas fuera la venganza o la represión, ni que el odio y la violencia tuvieran la última palabra.
El Papa recordó que la paz no es sólo que no haya guerra, sino que se reconozca, garantice y reconstruya la dignidad de las personas.
FRANCISCO
¡Que no cesen los esfuerzos hasta que deje de haber niños y adolescentes sin educación, familias sin techo, obreros sin trabajo, campesinos sin tierra; bases de un futuro de esperanza porque es futuro de dignidad! Estas son las armas de la paz.
Cuando concluyó, antes de marcharse, saludó a los otros dos líderes políticos, representantes de los antiguos bandos en conflicto, y ahora constructores de la paz.
Javier Martínez-Brocal