Francisco continuó con su ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles. En esta ocasión reflexionó sobre las obras que realizaban los apóstoles en nombre de Jesús, especialmente, en las personas enfermas.
Los enfermos son los destinatarios privilegiados del anuncio del Reino de los Cielos, los hermanos en los que Cristo está presente de forma especial.
Por eso, en los prodigios que los apóstoles realizan en los enfermos se ve al mismo Cristo. De manera especial en la figura del apóstol Pedro que incluso con su sombra al pasar irradia la vida del Resucitado tal y como narra el episodio en el pórtico de Salomón del libro de los Hechos de los Apóstoles.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL:
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy reflexionamos sobre la figura del apóstol Pedro, que en el pórtico de Salomón realizaba las obras de Jesús, su Maestro. Al mirar su actuar vemos al mismo Cristo. Pedro lleno del Espíritu del Señor, pasa caminando y, sin que él haga nada, su sombra se convierte en caricia sanadora, efusión de la ternura del Resucitado que se inclina sobre los enfermos y restituye dignidad, vida y salvación.
De este modo, Dios manifiesta su cercanía y hace que las llagas de sus hijos se conviertan en lugar teológico de la ternura divina. Así se puede decir que todo en Pedro, incluso su sombra, irradia la vida del Resucitado: los enfermos recobran la salud y el mundo proclama la gloria del Padre.
Y puesto que el primer apóstol es figura de la Iglesia, su sombra evoca la de la Iglesia, que sobre la tierra pone en pie a sus hijos y los destina a los bienes del Cielo, sin temer obedecer a Dios antes que a los hombres.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y de Latinoamérica. Pidamos de forma constante la fuerza del Espíritu Santo para llevar a todos la presencia amorosa y consoladora del Señor que camina a nuestro lado. Que el Señor los bendiga.