FRANCISCO
“Hoy os pido perdón a todas vosotras. Por todos los cristianos, por todos los católicos, que han abusado de ustedes.”.
Este encuentro con mujeres liberadas de la prostitución fue una de las visitas que más conmovió a Francisco durante el Jubileo de la Misericordia.
La experiencia la relata él mismo en el prólogo de este libro, “Donne Crocifisse”, “Mujeres crucificadas” del sacerdote Aldo Buonaiuto. En él, mujeres que fueron víctimas de la trata de seres humanos hablan de las torturas a las que fueron sometidas.
ALDO BUONAIUTO
Autor, “Mujeres crucificadas”
“Escuche con él las muchas tragedias de estas mujeres que lloraban y mostraban al Papa las torturas, la crueldad, orejas cortadas, todo lo que sufrieron en el cuerpo. Fue un momento muy, muy conmovedor”.
Desde la década de los noventa, Aldo Buonaiuto recorre las calles para socorrer a las mujeres sometidas a esta esclavitud moderna. Pertenece a la Comunidad Papa Juan XXIII, fundada por el también sacerdote Oreste Benzi, quien dedicó su vida a los descartados en las periferias.
ALDO BUONAIUTO
Autor, “Mujeres crucificadas”
“En ellas veo puedo ver las heridas del sufrimiento de Cristo crucificado. Crucificadas también por la indiferencia, de los que piensan que esas personas deben quedarse allí y deben prestarse para millones de hombres”.
“Debemos despertar las conciencias y decir que el cliente es corresponsable de esta esclavitud y que también es un esclavista junto con los traficantes”.
El volumen además denuncia que la explotación de seres humanos es ya la tercera industria ilegal más lucrativa, solo por detrás del tráfico de armas y de drogas.
El padre Buonaiuto insiste en que cuando una de estas mujeres es esclavizada, en muchas ocasiones, también lo es toda su familia.
ALDO BUONAIUTO
Autor, “Mujeres crucificadas”
“La esclavitud consiste principalmente en represalias, en las amenazas que sufren contra los miembros de su familia y, por lo tanto, las cadenas, estas represalias, el temor de que se lastimen a sus seres queridos, los miembros de la familia son la razón por la cual estas mujeres se van, solo por para poder criar, ayudar a la vida de sus familias”.
El libro pretende ser un reclamo a la conciencia del hombre moderno para combatir, de una vez por todas, la prostitución, una drama definido por el padre Buonaiuto “como la mayor injusticia de la historia de la humanidad”.