El Papa recordó durante el Ángelus que ese día se celebraban los 70 años de los tratados de Ginebra del 49. Fueron firmados poco después de la trágica II Guerra Mundial y su objetivo era evitar que en tiempos de guerra la violencia se ensañara con los más indefensos: la población civil.
FRANCISCO
Todos deben cumplir los límites impuestos por el derecho internacional humanitario, protegiendo a las poblaciones indefensas y las estructuras civiles, especialmente hospitales, escuelas, lugares de culto, campos de refugiados. Y no olvidemos que la guerra y el terrorismo son siempre una grave pérdida para la humanidad entera. Son la gran derrota de la humanidad.
Minutos antes el Papa había reflexionado sobre el Evangelio del día donde se recuerda que la vida es fugaz y que no se puede llegar al cielo habiendo llevado una vida egoísta.
FRANCISCO
Es una fantasía creer que uno pueda hacer todo por sí mismo. No. Es una fantasía. La verdadera fe abre el corazón al prójimo y empuja a la comunión concreta con los hermanos, sobre todo con quienes viven en la necesidad. FLASH El Señor nos recuerda que la vida es un camino hacia la eternidad. Por tanto, estamos llamados a hacer fructificar todos los talentos que tenemos, sin olvidarnos de que aquí no tenemos ciudad estable, sino que vamos hacia la del futuro.
Francisco volvió a recomendar a los presentes en la plaza que llevasen siempre un Evangelio con ellos para leer y reflexionar sobre el mensaje de Cristo.