Una pista anónima llevó a buscar dentro de dos tumbas del cementerio teutónico del Vaticano los restos de Emanuela Orlandi, desaparecida en 1983. Los sepulcros pertenecían a dos princesas de la realeza de mediados del siglo XIX.
Sin embargo se encontraron con esta inesperada sorpresa.
Esperad ¿eh?
La tengo.
Uno... ¡Arriba!
¡Una alcantarilla!
Una alcantarilla que funciona.
La otra tumba resultó estar completamente vacía.
Entre sorprendidos y decepcionados, la familia de Emanuela dice que continuará buscándola. Lo hacen desde hace 36 años.
El episodio de las tumbas ha abierto otra pregunta que el Vaticano ha prometido investigar: ¿Dónde están los restos de las princesas?
Lo más probable es que fueron trasladodas a otro lugar tras unas reformas de hace 50 años para la construcción del nuevo edificio del Colegio Teutónico. Las tumbas de las dos nobles están precisamente al lado de sus muros.
Por otro lado, el Director de la Dirección Editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, Andrea Tornielli, recuerda que “la decisión de abrir las dos tumbas (…) demuestra particular atención y cercanía humana y cristiana a los Orlandi. No significa que la Santa Sede admita una posible implicación en el ocultamiento de un cadáver”.
Andrea Tornielli recuerda que las autoridades vaticanas no estaban obligadas a aceptar la solicitud de abrir las tumbas, y que esta carecía de toda base. No revelaban quién les señaló ese lugar. Además, en todo momento, un perito de la familia de la joven desaparecida controló el proceso de apertura de la tumba.