Este jueves se abrirán dos tumbas del cementerio teutónico del Vaticano.
La primera es la de la princesa Sofía von Hohenlohe, fallecida en el 1836. La segunda es la de Carlota Federica de Mecklemburgo, fallecida cuatro años después.
El objetivo es verificar si dentro de esas sepulturas están escondidos los restos de Emanuela Orlandi, la joven de 15 años desaparecida en Roma en 1983. Era hija de un trabajador del Vaticano y su caso sin resolver ha sido uno de los más mediáticos en Italia.
La operación durará unas horas y harán falta entre 20 y 60 días para analizar los restos y verificar si son de Emanuela Orlandi.
El Vaticano aceptó examinar las tumbas tras la insistencia de la familia de la joven. Recibieron una llamada anónima que señalaba este lugar.
Ya el año pasado la Santa Sede también examinó unos restos humanos encontrados en su nunciatura ante Italia. Los exámenes demostraron que los huesos tenían más de 100 años.